Cartagena y puerto
Gracias por tu atención al contestar mi osadía de meterme donde no me han llamado.
Celebro que mi correo te hubiese llegado a tiempo de que prestaras atención al aviso. Ya verías que no exageraba; antes me habré quedado corto. Y lo digo así, dubitativamente, porque yo aún no he querido ver esa castaña - uno más de los despropósitos en el frente marítimo, como muy acertadamente has señalado- y sólo la conozco por alguna foto en el periódico que ha sido suficiente para irritar mi colon.
Sobre el puerto y la zona del "eje" Puertas de Murcia, calle del Carmen te podría contar muuuuuchas cosas de las que, en su día, organizamos, como rebelión popular contra el atropello hortera. En la batalla del puerto fui yo solo a la guerra, que al final gané para que hicieran luego algo peor. La del eje con baldosas de colores y farolas monumentales a la romana me valió la no renovación de mi contrato municipal y mi exilio en Málaga (que tampoco estuvo nada mal, por cierto).
Hace tiempo que comprendí que a la entrada de Cartagena, para poder vivir sin estrés, habría que colocar aquello del Dante a la entrada del infierno: Abandonad toda esperanza.
Todo lo que surja bueno será así mucho más valorado. En fin: no quiero dar una imagen fatalista o pesimista; nada más lejos de mi manera de ser.
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