Investigador en las propiedades terapéuticas del cannabis
El uso terapéutico del cannabis sigue siendo tabú. Raphael Mechoulan (Sofía, Bulgaria, 1930) fue pionero en investigar sus aplicaciones médicas. En 1964 aisló el principal componente de la planta, el tetrahidrocannabinol (THC). Director de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Mechoulan asistió a un encuentro con farmacólogos de la Universidad del País Vasco.
Pregunta. ¿El cannabis cura?
Respuesta. El THC mejora el humor y reduce los vómitos. Además contrarresta efectos de la esclerosis múltiple, el alzhéimer o el párkinson. También hemos descubierto beneficios en las inflamaciones gástricas, la enfermedad de Krohn y los trastornos hepáticos. Incluso es beneficiosa en personas con ansiedad o depresión. Mejora el apetito, y puede ser útil para la anorexia, pero tiene un componente que bloquea el apetito que se ha comercializado -con la aprobación de la UE- para problemas de obesidad.
P. ¿Cómo funciona el THC?
R. Es un compuesto psicoactivo que simula a otro que existe en nuestro organismo, la anandamida (viene de ananda, que en sánscrito alude a la felicidad). Cuando una persona enferma no produce suficiente anandamida, así que el cuerpo necesita una ayuda externa.
P. ¿El THC es psicotrópico?
R. Sí, produce sensación de euforia. La mayor parte de los pacientes sólo busca efectos analgésicos. Por ello, hay que buscar componentes que no produzcan subidón, como el cannabidiol: es un potente antiinflamatorio, y beneficia a personas con artritis reumatoide e incluso enfermedades cancerosas. Se ha probado en animales que bloquea la metástasis del cáncer de mama. Este hallazgo, si se probara en personas, sería fundamental. También ha resultado eficaz contra la osteoporosis.
P. ¿Qué usos habría que normalizar en los hospitales?
R. En Israel lo proporcionamos para el Krohn. También se suministra a los pacientes de trasplante de médula ósea. Es un tratamiento tan agresivo que se encuentran con ganas de morir y la sustancia les ayuda a ser optimistas. Respecto al alzhéimer, el cáncer de mama o la osteoporosis, todavía no se ha investigado suficientemente. El tabú es difícil de combatir. Creo que la sociedad no va a aceptar el uso de la marihuana, pero sí del THC, como pasó con el opio y la morfina.
P. ¿Recomendaría a un paciente fumar marihuana?
R. Quien compra marihuana en la calle no sabe qué le venden. La cantidad de THC varía del 2% al 20%. Hicimos una prueba donde unos pacientes fumaban cigarrillos con 13 miligramos y otros 17 miligramos. Luego conducían en un simulador. Los de 13 miligramos no tenían accidentes y muchos de los de 17, sí, lo que demuestra que una diferencia pequeña puede resultar muy peligrosa.
P. ¿Cuánto perjudica fumar porros?
R. Un consumo de pequeñas cantidades no da muchos problemas. Los grandes consumidores, en cambio, presentan hasta un 30% más de riesgo de tener esquizofrenia.
P. ¿Está a favor de legalizar el cannabis?
R. Yo creo que es ridículo encarcelar a todos los que fuman porros, pero mantener leyes estrictas tal vez ayude en la prevención. A mi nieto le pido que no fume porros. Le transmito que disfrute con el baloncesto, con su novia... La felicidad hay que construirla, no consumirla.
Fuente: EL PAÌS 03/12/2007
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